Los Satelites Geoestacionarios.

La capacidad de comunicación desarrollada por los satélites de órbita polar o circular no ecuatorial, depende en gran manera, del tiempo empleado en recorrer el horizonte de la estación terrena. La necesidad de un enlace permanente obliga a que la posición del satélite permanezca fija respecto a la Tierra. Las órbitas de estos satélites han de ser circulares, geosincrónicas y ecuatoriales, en las que el periodo de rotación sideral de la Tierra sea igual al periodo de revolución sideral del satélite coincidiendo su movimiento con el de giro de la Tierra: de Oeste a Este.
Cualquier satélite que cumpla la condición de conseguir una órbita circular a una altura cercana a los 36.000 Km le corresponderá un periodo orbital de 23 horas, 56 minutos y 3'5 segundos; el mismo que emplea nuestro planeta en su diaria rotación sideral. Si además la inclinación de la órbita de este satélite es ecuatorial, conseguiremos que el satélite permanezca "fijo" o "anclado" en el mismo lugar del espacio. Esta posibilidad supone el conseguir una comunicación constante y sin necesidad de ningún seguimiento de las estaciones terrenas. Basta con ajustar las antenas una sola vez. Estos satélites reciben el nombre de estacionarios.

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